Otro año de Clamor a Dios es otro año en que el cónclave homofóbico sigue reduciendo dramáticamente su relevancia y sus seguidores. Sin lugar a dudas, Clamor ya no representa el cuco del pasado, se ha convertido en un evento que pasa sin pena ni gloria.
De decenas de miles de personas que asistían en la pasada década, ha visto menguar la participación a un escaso puñado de fanátic@s fundamentalistas. Claramente el mensaje homofóbico de Jorge Raschke no tiene resonancia en el pueblo, aunque todavía tenemos que combatir la violencia generada por su retórica de odio que permea en la sociedad puertorriqueña.
Y es que nuestro pueblo está claro de que el clamor jamás debe estar motivado por el odio y la violencia en contra de seres humanos. El clamor debe ser por un clima de paz, tolerancia y amor al prójimo.
Una vez más, le hago una advertencia a l@s polític@s (sobre todo a aquell@s que les encanta pasearse en la tarima de Clamor) a no dejarse engañar por cantos de sirena de l@s fundamentalistas, pues no le producirán los votos que tanto les prometen. L@s polític@s que aprendan la lección, aquell@s (como Pedro Rosselló, Epifanio Jiménez y Miriam Ramírez de Ferrer) que recibieron el endoso de est@s mercaderes del odio, fueron rechazad@s en las urnas. Y aquell@s vilipendiad@s (como Liza Fernández, Albita Rivera y Héctor Ferrer) por l@s fundamentalistas, hoy están en los hemiciclos de la Cámara y el Senado. Read complete article Pedro Julio Serrano
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